Biografía

"Mayagüez, ciudad encantada, pedacito de patria, rinconcito de amor..."

Nacimiento e infancia:

Nací el 8 de abril de 1948 en el Hospital Dr. Pila en Ponce. Es que no podía ser de otra. El famoso Dr. Manuel de la Pila Iglesias era el médico de confianza muy particularmente de mi mamá y de todos en la familia Viqueira Mariani Bartoli. Así no más, a los 3 días de edad ya estoy en mi "Pedacito de Patria": Mayagüez. Mi infancia fue una privilegiada, único varón entre 3 hermosas hermanas y unos padres de sensibilidad exquisita impregnada por alto grado de disciplina y cultura. Por ser el último de los cuatro hermanos y el único varón, no recibí el embate de las demandantes exigencias disciplinarias de mis padres, en especial de parte de mi mamá y sí, fui bastante consentido, al punto que mis hermanas me reclamaban el trato preferencial que recibía.

Actividades extracurriculares:

Practiqué los deportes de baloncesto y pelota y recibí educación musical en la Escuela Libre de Música de Mayagüez donde me concentré en el instrumento del acordeón. Me expuse a grandes maestros como lo fueron María Teresa Avellez, el gran Balbino Trina, Don Celso Torres y Cali Rivera. Gran parte de mi actividad extracurricular la dediqué al escultismo donde tuve la oportunidad de compartir con tantos niños y jóvenes, además que me permitió desarrollar una personalidad llena de iniciativa y liderazgo. Gracias a la música hoy tengo mi grupo musical de baladas y tangos de nombre "TrioTango" y tengo la satisfacción de haber musicalizado mis escritos de poesía y estos han quedado plasmados para la historia en un disco compacto (CD) titulado "Vieja Hacienda Santa Clara".

Educación y formación:

Con gran orgullo y ante las deficiencias educativas proporcionadas por nuestro colonial sistema y teniendo el ejemplo en mi hogar donde la lectura de los libros era un imperativo, afirmo con gran satisfacción que soy un autodidacta de nuestra historia boricua y de la historia y política mundial. Recibo mi educación primaria y de escuela superior en la Academia de la Inmaculada Concepción en Mayagüez bajo la dirección de las Hermanas de la Caridad, para posteriormente hacer mi bachillerato universitario en biología en nuestro afamado Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas, hoy el RUM. En 1974 me gradué de médico del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico y ya para el 77 culminaba mi carrera al certificarme como pediatra egresado del Hospital Universitario del Niño en San Juan.

Vida profesional en San Juan:

Por espacio de un año trabajé en San Juan, primero con el Dr. José Martínez Colón, pediatra de Moca y luego con el Dr. Pedro Jaunarena que curiosamente 45 años más tarde, tenemos otro nexo en común: ambos somos suegros del cantautor puertorriqueño Roy Brown Ramírez de Arellano. Luego de pasar 1 año en el área metropolitana y gozar de tener privilegios médicos en los mejores hospitales como Auxilio Mutuo de Río Piedras, Pavía de Santurce, del Maestro, Guadalupe, el Doctors' y San Jorge, decidí que quería regresar a mi Mayagüez, donde mis padres residían.

Regreso a Mayagüez:

Era entonces finales de 1979 y yo ya tenía 31 años. Mis padres vivían solos y ya rondaban por los 73 años. Ofrecerles la satisfacción de que mi familita estuviera junto a ellos en esa etapa de vida es un regalo de vida que les hiciera que me enorgullece. Me sentía obligado emocionalmente a estar cerca de ellos. Hoy yo tengo 75 años. En San Juan nuestra familia era feliz. Tery, mi esposa era muy dedicada y compañera de primera, teníamos tres maravillosos hijos, ya Emilie empezaba a destacar en los deportes a través de la natación, nuestra residencia en Quintas de Cupey Calle C-6 era un vecindario privilegiado, teniendo como vecinos a las familias, Ignacio "Nacho" Arías, Juan y Berta Soto, San Fiorenzo, Salicrú, Víctor Coll y Adita Barleta, Chaibén Fas Alzamora, en fin, un vecindario de mucha confraternidad.

Además, tenía a mi hermana Ileana y familia viviendo en San Juan, más los primos Christian Mariani, Arjona Mariani y Duchesne Christian. Mamá y Papá siempre viajaban de Mayagüez a San Juan pues éramos muy unidos todos y constantemente querían compartir con todos. Romper el lazo con San Juan para regresar a Mayagüez no fue fácil, pero mis compañeros de la escuela de medicina que habían regresado a Mayagüez me llamaban, en especial el Dr. Edwin Rovira que solicitaba a gritos tener un pediatra de calidad para recibir sus recién nacidos producto de los múltiples partos que hacía. En ese momento los servicios de neonatología en Mayagüez eran pésimos, ni que se digan de los servicios de emergencia ni los de cuidado de niños de intensivo. La puerta estaba abierta para que tuviera un éxito instantáneo como el pediatra del momento en Mayagüez.

Establecimiento en Mayagüez:

Vendimos nuestra casa y así no más nos mudamos a Mayagüez y vinimos a vivir en la misma calle que de niño tanto Tery como yo nos habíamos criado y donde prácticamente nos enamoramos a eso de mis 16 años y ella de 14, esta vez en la calle Acacias #55 en el Ensanche Martínez, la antigua casa del Dr. Augusto Perea y su amada esposa Doña Nenina Rullán de Annoni. Con el dinero de la venta de nuestra casa de San Juan logré impactar a Mayagüez montando una oficina como nadie lo había hecho, a todo lujo y con motivos pediátricos. Esta oficina estaba localizada en un edificio contiguo al Hospital Perea propiedad de Joaquinita Perea. Estaba en el segundo piso y de vecino tenía a nuestros grandes amigos Ingrid y Dr. Juaben Cedó Alzamora, el ENT. Hoy día este edificio es parte integral del Hospital y corresponde a ser la nueva Sala de Emergencias del Hospital Perea/Pavía, ahora con sus nuevos dueños: los Artau, personajes de ingratos recuerdos en mi vida profesional como empresario.

Si me voy por este lado de la historia de mi vida, no termino: ¡la novela de maldad, corrupción, trampa, deshonestidad, inmoralidad y mediocridad que existió en ese mi comienzo profesional y que sigue existiendo en el mundo del "desgraciado negocio" de la medicina son un ejemplo del por qué PR se encuentra estancado en el pozo de la mediocridad, de la basura intelectual, de lo vano, del superfluo dinero, donde para los "afamados empresarios" que controlan el mercado del movimiento y el negocio de la medicina, "el fin justifica los medios"!

Éxito profesional:

Ya estamos en noviembre de 1979 cuando inauguro y mi éxito fue instantáneo. Y no quiero sonar soberbio o egocéntrico, más los servicios que ofrecía a todos los niveles pediátricos sobrepasaban por mucho la calidad de los servicios que se ofrecían en el área. Para empezar, no había ni un respirador para recién nacido, menos para niños que requirieran cuidado intensivo. Y el cuidado intensivo y el de emergencia eran de los servicios que me llenaban de pasión. Precisamente a través de estos es que concentro mi taller de servicio que sentarán el perfil de éxito y fama que me acompañarán a través del tiempo. Salvar los prematuros de menos de 5 libras que nacían con pulmones inmaduros (membrana hialina) se volvió la constante y obligué tanto a los hospitales de Bella Vista como a Perea respectivamente, a comprar equipos para poder ofrecerles a estas criaturas el servicio que se merecían. Obligué a conseguir terapistas respiratorios y enfermeras diestras para bregar en cuidado intensivo neonatal.

Era sorprendente pues Mayagüez contaba con un Centro Médico que se vendía como un centro de servicios terciarios con neonatólogo y neumólogo mas no tenía maquinarias ni disposición para bregar con estos niños, menos ofrecerles el servicio mínimo para poder sobrevivir ante el reto de enfermedad médica que se les presentaba. Simple y llanamente se morían por no hablar de los casos de impericia resultado de los pobres servicios que se ofrecían. Me volví el pediatra preferido de los obstetras que veían en mí al salvador de sus nacimientos. Y no se diga de los niños ya más grandes y las pericias que tuve que hacer para tratar de salvar vidas.

Esto podría ser tema de otro escrito.